lunes, marzo 8

Ladrones de medio pelo.

1. Se queda atrapado en la chimenea
¿El síndrome de Papá Noel? Un joven brasileño de 19 años intentó acceder a una cafetería a través de la chimenea, pero su plan no contaba con quedarse atascado en ella. Tuvo que esperar a la policía para ser liberado de la chimenea, pero detenido por un intento de robo.

2. Se deja el DNI en el lugar que robó
Agentes de la Policía Nacional arrestaron a un hombre en Torrent, al encontrar su cartera, con fotos y su DNI dentro, en una empresa a la que robó. El ladrón demolió parte de una pared, dejando un hueco de unos 70 centímetros, y se apoderó de dos ordenadores, siete amoladoras, una lijadora y un taladro.

3. No cierra su sesión de Facebook en la casa dónde robó
La adicción a las redes sociales alcanza límites insospechados. Un ladrón aprovechó unos minutos después de robar una casa para consultar en el ordenador de las víctimas su cuenta en Facebook, olvidándose de cerrar su sesión tras el hurto. El despiste le puede costar unos 10 años de prisión

4. Se deja la dentadura en la cafetería que robó
Las llaves, el móvil, el DNI… son objetos susceptibles a olvidarse en el escenario de un robo. Estos despistes proporcionan unas nociones básicas de la inteligencia del ladrón, pero mucho más grave es que el objeto en cuestión se trate de la dentadura del caco. Este fue el caso de hombre que entró en una cafetería con la intención de saquearla, y al no encontrar nada abandonó el lugar estrepitosamente, con tan mala suerte que se le cayó la dentadura y ésta fue la prueba clave para atraparle.

5. Se olvida de bajarse el pasamontañas
Ocultar el rostro a la hora de robar en un lugar público con cámaras de seguridad es fundamental para que la policía no pueda identificarte, pero hay ladrones que con las prisas se olvidan de tan importante detalle. Con una pistola en mano, un hombre comenzó el robo en una tienda de ultramarinos con el pasamontañas sin bajar del todo, dejando al descubierto su cara. Al cabo de unos segundos, el ladrón se da cuenta de su error y esconde la cabeza tras el pasamontañas, pero ya era tarde. Las cámaras grabaron su imagen clara y nítidamente.

6. Olvida su móvil
Dos jóvenes latinoamericanos que asaltaron un locutorio con violencia e intimidación con arma blanca y pistola, se dejaron el móvil al huir del lugar. Las huellas en el teléfono y su contenido, sirvió a la policía para identificarlos y capturarlos.

7. Encuentran a un ladrón durmiendo en su casa
¿Quién dijo que robar no cansa? Como si de cualquier otro oficio se tratara, los ladrones también sienten la fatiga del trabajo hecho. Este es el caso de un hombre que entró a robar en una casa, y se quedó dormido en el dormitorio familiar. Los dueños del hogar se llevaron un buen susto al sorprender en su cama al ladrón.

8. Se deja un dedo en la escena del crimen
Al ser sorprendido robando en un centro turístico de Hamburgo, Alemania, un ladrón tuvo que apresurarse para huir de la policía. Durante la fuga, se le quedó un anillo que llevaba en uno de sus dedos enganchado en una reja metálica. El caco consiguió escapar, pero no su dedo, que se quedó en el camino siendo la prueba perfecta para identificar su identidad.

9. Recibe una paliza al atracar una academia de karatecas
Un despistado ladrón entró armado a una academia de karatecas en Colombia con la intención de atracar a todo aquel que se encontrara en su interior, sin embargo sus planes no salieron como él esperaba. Los aprendices de la academia le desarmaron y el ladrón tuvo que ser hospitalizado para ser atendido por las múltiples lesiones sufridas.

10. Se olvidan al ladrón dentro
Seis encapuchados se llevaron unas 60 gafas valoradas en 5.000 euros de una óptica madrileña de madrugada. Al finalizar el robo y de manera precipitada, huyeron en el vehículo que tenían aparcado en la puerta, olvidándose dentro a uno de sus compañeros. Aunque su fuga se retrasó al tener que volver a por el ladrón, la policía no ha logrado detener a los asaltantes.

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